Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto

Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto
Rodando a goteras solas, a aguitas como dientes, a espesas goteras de mermelada y sangre, sudor y lagrimas

Criaturas En La Noche No Me Dejan Respirar

Criaturas En La Noche No Me Dejan Respirar
Bailando sobre la felicidad que vendrá

domingo, 23 de febrero de 2014

Sucios

¡Dudé tanto!
¿Seguir transcribiendo el cuento largo-novela-folletín?
Se veía que a José Itriago no le gustaba, pero también se veía que no sabe esperar, que es un poco ansioso. Pero ¡se trataba tan luego de José I, uno de mis más distinguidos caballeros!Dudé como quien duda del cielo y el infierno y de figuras ominosas que los pueblan.
¿Sabes, José, cuántas páginas tuve que leer con inexpresable aburrimiento hasta que empezó, para mí, la verdadera narración de La Cartuja de Parma, de Stendhal, uno de mis “libros de cabecera”?.
No puedo compararme -esta aclaración es hasta ridícula- con Stendhal, pero cuando encontré después de muchos años mi Relato redoblado me sorprendieron algunas cosas: que jamás en mi vida me propuse escribir algo con contenido social, y que sin embargo algo de eso tenía, más adelante; que me había anticipado, además, no a Stendhal pero sí a noticias policiales sobre el maltrato femenino, y dos o tres cosas más.
¡Yo, tan humilde, defendiendo “mi obra”!
Aunque sí la defiendo: algo aporta de nuevo; también hay unos ojos limpios que no son los ojos limpios de una vieja maestra que reniega del sexo y detesta “la pornografía”.
Aparte, la idea del folletín, de que el que quiera publique una especie de, en este blog, es buena.
Fabiana: ¿puedes continuar la tuya, la de los chinos, cuando vivías en una Ciudad Gris? Me dio curiosidad… Y Joise con sus devociones filosóficas…
¿Y tú, José, puedes continuar? -advierte que para ti utilizo el elegante “tú”, que no usamos en Argentina. Pero eres tú. Tú mirando por la noche la tierra de las sombras y la luna, sin interés particular.
Todos los que me escriben están en mi corazón, y los imagino uno por uno, una por una, como dice Cristina…

Pero tú eres mi corazón y que nadie perciba fantasmas.

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