Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto

Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto
Rodando a goteras solas, a aguitas como dientes, a espesas goteras de mermelada y sangre, sudor y lagrimas

Criaturas En La Noche No Me Dejan Respirar

Criaturas En La Noche No Me Dejan Respirar
Bailando sobre la felicidad que vendrá

lunes, 24 de febrero de 2014

Titulo Bohemio

Ojalá a alguien le sirva lo que voy a escribir. Lo hago fundamentalmente por eso, por jóvenes y no tan jóvenes que perdieron su libertad y cuyas cadenas no son materiales. Pueden llamarse droga, sus cadenas, o shopping -adicción a comprar-, o comida o bebida, o la terrible palabra ludopatía, que parece encubrir a un lobo feroz. 

Soy adicta, y meditando sobre la falta de libertad que conlleva serlo descubro que la libertad, esa sí, no es un don. La libertad se conquista. Me levanto en la noche, es muy tarde, o muy temprano, llueve sobre las sierras, un cerro que parece blanco se ilumina de pronto. Me digo que olvidé mi amor a la belleza y a las metáforas profundas sobre una mesa de juego, que es como explicar que aposté mi vida y la perdí. 

 Y me lo digo como si el destino y las estrellas me hubieran llevado a la rastra por los abismos, pero no es así. Hay algo de destino, pero puedo vencerlo. Las malas estrellas se extinguieron en mí junto con las buenas; ya no tienen poder. Sueño con la libertad como quien sueña una utopía, y de pronto en mitad de mi sueño -de mi meditación, porque estoy en vigilia permanente, como los locos, y soy uno más- me paro y me pregunto si, en efecto, esta, no será la verdad; reafirmo que es una utopía, vuelvo a la cama y mis ojos no se cerrarán hasta mañana, hasta nunca, hasta que me los cierren compasivamente. 

¡Oh, dormir y dejar de soñar pesadillas despierta! Que la nada queme mis pesadillas y me exonere. Me pregunto si las leyes -toda ley, hasta la ley de gravedad- no nos muestran claramente desde el primer día que nacemos que la libertad es una quimera. Me contesto que las leyes existen por la imperfección humana. ¿La imperfección es entonces lo que nos impide ser libres? Puede ser, pero no hay camino más limitado que el de la búsqueda de perfección… 

 Como si tuviera recuerdos de cuando los humanos acabábamos de nacer, en los tiempos más antiguos del mundo, añoro la libertad de las cavernas, de la falta de luz y del caos. Aquellos que luchaban alegremente contra todo, mujeres y hombres a quienes lo primero que hería era la naturaleza, no la metafísica, no la hipnosis de la droga o el juego. ¿Eso era libertad, entonces? Ninguna hoguera de vanidades por arder, ningún shopping; la libertad era sobrevivir. ¿Y qué será realmente la libertad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario